Hace unos minutos, una juez federal en Arizona bloqueó la entrada en vigor de las disposiciones más polémicas de la ley SB1070. Aquí la nota.
Los opositores a la ley han considerado esta decisión como una victoria. Sin duda es un logro en el corto plazo; por ejemplo, la policía no deberá revisar el status migratorio de las personas que cometan algún tipo de falta administrativa o delito. Pero hay otras normas que si aplicarán a partir de mañana y que probablemente afecten a los trabajadores indocumentados o ilegales en Arizona.
Pero no está claro lo que suceda en el mediano y largo plazo. La juez no ha dicho que la ley es inconstitucional o que el estado de Arizona se extralimitó al legislar en la materia. En ese sentido, la ley sigue vigente y no es aventurado suponer que el proceso jurídico tomará varios meses en resolverse. Los promotores de la ley apelarán la decisión y mientras tanto el odio mutuo y la polarización aumentarán. Es muy probable suponer que la última decisión la tendrá la Suprema Corte de Justicia.
En términos políticos, en el corto plazo y con miras a las elecciones legislativas del próximo noviembre, me parece que la decisión de la juez beneficia más a los promotores de la ley porque les da más elementos para movilizar a sus probables votantes. Es cierto que la posición del gobierno de Obama es más cercana a la de los hispanos, pero creo que es importante recordar que muchos lo culpan por permitir que esta situación llegara hasta este nivel.
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28 de julio de 2010
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