Aquí las notas de mi comentario de radio en IMER en el programa que conduce Mario Campos. Las opiniones son personales y los errores son atribuibles exclusivamente a mi persona. El comentario se transmitió en vivo el martes 9 de marzo a las 7:45 AM.
La semana pasada comparé los efectos del temblor en Haití y el terremoto en Chile. Me pareció importante notar que si bien la magnitud el temblor en Haití fue considerablemente menor que el terremoto en Chile, las consecuencias humanas y daños económicos y materiales (en términos relativos) fueron considerablemente mayores en la isla.
Argumenté que los efectos de los desastres naturales tienden a afectar más a las regiones pobres que las regiones más prósperas.
¿Por qué?
En resumen, la respuesta es la siguiente: los mismos factores que explican el progreso económico de un país (en este caso Chile) no solo contribuyen a mejorar las condiciones de vida de la población, sino logran también la construcción del marco institucional que permite a éstos recuperarse rápidamente de un shock externo (ya sea éste natural o humano como una crisis económica).
A todo esto, ahora planteo dos preguntas ¿cuál es el mejor instrumento que nos permite medir y comparar el desempeño de los factores que explican el crecimiento y el progreso? ¿Cómo está nuestro país?
La respuesta a la primera pregunta es el índice de libertad económica que anualmente publican varios organismos internacionales (ver aquí). En mi opinión, este es el estudio más completo que existe en la materia. Este trabajo analiza más de cuarenta políticas públicas y las agrupa en varias categorías para hacerlo más amable, mas entendible para quienes estén interesados.
¿Cómo sale evaluado nuestro país?
Este año, México se ubicó en el lugar número 41 (ver aquí el estudio completo para el 2010). Estamos por encima de la media internacional.
México, en términos relativos, es una de las economías más abiertas del mundo. Ahora, esto no debe alegrarnos porque debemos compararnos con nuestros socios internacionales, con las economías más importantes del mundo. Cuando nos comparamos con las economías más competitivas del mundo, debemos reconocer que nos falta todavía mucho por hacer.
¿Qué dice el estudio sobre el marco regulatorio?
México tiene buenas calificaciones en el tema de libertad empresarial: esto es, hemos venido reduciendo y eliminando algunos obstáculos a la actividad económica pero todavía hay tarea en este camp. Este tema se ilustra con el siguiente dato. Abrir un negocio en nuestro país toma, en promedio 13 días, mientras que el promedio del mundo es 35. Esto, uno podría decir, es muy bueno. ¿Pero cuanto tiempo tarda un emprendedor en hacer los trámites para abrir un nuevo negocio en la economía más libre del mundo (Hong Kong)? 6 días.
Según el estudio, también tenemos buenas notas en lo relativo a la libertad comercial. Es decir, nuestra política comercial es competitiva aunque existen muchas áreas de oportunidad pues todavía tenemos muchos obstáculos al comercio internacional, sobre todo barreras no arancelarias.
Ahora, la pregunta más importante si lo que queremos es modernizar nuestra economía: ¿En qué aspectos estamos mal evaluados?
El mercado laboral. Las leyes y reglas que norman los aspectos laborales de la vida económica del país son muy rígidas. Esto es un problema sobre todo porque la economía global es mucho más rápida, mucho más caótica, que los momentos en que el legislador mexicano aprobó las leyes actuales. El mundo ha cambiado, las leyes laborales no. El estudio nos confirma que contratar nueva mano de obra, es decir, generar nuevos empleos es muy costoso en México. No hablamos únicamente del salario pues, como sabemos, los salarios en nuestro país no son muy buenos. Los costos son todos los impuestos y las cargas sociales que un patrón tiene que cubrir cuando contrata un nuevo trabajador. Estos costos adicionales desincentivan la generación de empleo. Por ello decimos que la legislación laboral mexicana beneficia considerablemente a quienes ya tienen un empleo; pero perjudica a quienes no tienen un empleo y lo están buscando.
¿En que otros aspectos estamos mal evaluados?
El sistema de administración de justicia es ineficiente y no protege adecuadamente la propiedad de los agentes económicos. Este es el punto fundamental porque el mínimo común denominador de los países exitosos/progreso es precisamente la protección y definición adecuada de los derechos de propiedad. Nuestro sistema judicial es muy lento para resolver disputas y controversias. Hacer válido un contrato en México puede ser muy problemático.
El otro gran problema es la corrupción. Aunque se reconocen algunos esfuerzos por transparentar el quehacer público en nuestro país, al tener una economía tan regulada, existe todavía muchos espacios de discrecionalidad y, en consecuencia, abusos.
En conclusión, si nos limitamos a lo que señala el estudio, para mejorar nuestra libertad económica, debemos darle prioridad y reformar los tres temas que acabo de explicar: el marco laboral, el sistema de justicia y transparentar (aún más) la actividad gubernamental.
La libertad económica en mi opinión es fundamental. Entre menos obstáculos tenga la actividad económica, los países tendrán mejores ritmos de crecimiento; mejores estándares de vida (si uno compara el PIB per cápita de las economías más libres del mundo con las de los menos libres, la diferencia es abismal); y un mejor desempeño en indicadores no económicos pero que se asocian a la calidad de vida (como puede ser la calidad del medio ambiente).
En otra ocasión, hablaremos de la economía más libre del mundo (Hong Kong) y las lecciones que nos ofrece pero, por lo pronto, dejo sobre la mesa la manera en que nos evalúa este estudio y que debería servir a los tomadores de decisión para saber que es lo que deben hacer para mejorar el nivel de vida de sus electores.
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9 de marzo de 2010
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