Hoy los demócratas tienen su primera votación en sur de los Estados Unidos.
Las encuestas señalan que Barack Obama tiene mayores posibilidades de ganar Carolina del Sur. En este estado, más del 50 por ciento del electorado es afroamericano y esto se interpreta como una ventaja importante para el Senador de Illinois. A Obama le urge recuperarse después de las derrotas en New Hampshire y Nevada. Si Obama no gana hoy, sería un golpe durísimo a su campaña y llegará sin momentum al Super Martes (5 de febrero). Inteligentemente, la senadora Clinton ha bajado las expectativas de que ella se va a llevar el estado (las encuestas no le favorecen). De hecho, la mayor parte de esta semana, hizo campaña en los estados que votarán el 5 de febrero.
La semana ha sido muy intensa y adquirió un tono muy negativo. El discurso lo dominó un tono racial que no le conviene a ninguna de las dos campañas. Ambos precandidatos deben mostrar que tienen capacidad de ganar votos en todos los grupos poblacionales. Las encuestas sugieren que el electorado en Carolina del Sur se polarizó. Entre la población afroamericana, Obama tiene el 59% de las preferencias y Hillary Clinton el 25%. Entre la población blanca, Obama apenas rebasa el 11%, mientras que Clinton y Edwards se reparten el resto. Después de la votación veremos que tan profundas son las heridas.
Unos comentarios de Obama con respecto al Presidente Ronald Reagan y el Partido Republicano también fueron blanco de ataque de los Clinton. En un post futuro me referiré a este tema porque me parece que es muy interesante.
Esta semana vimos la participación activa del Presidente William Clinton. Por lo regular, sus comentarios eran sobre las supuestas debilidades del Senador Obama y no las supuestas ventajas de su esposa. Normalmente en las campañas presidenciales, el candidato vicepresidencial es utilizado ocasionalmente para golpear a la fórmula rival; esto permite que los candidatos presidenciales no se metan en la guerra de palabras. Bill Clinton estaba precisamente en ese papel. Obama se vio obligado a responder duro y directo y esto no lo hace ver muy presidencial que digamos. En varias entrevistas ayer la Senadora Clinton explicó (con su respectivo spin, claro) que su esposo estaba muy emocionado de ayudarle en su campaña y que el mismo había reconocido (un día antes) que probablemente se había excedido.
Me parece que la Senadora debe utilizar con cuidado a su mejor aliado político (su esposo) porque no le conviene que el electorado vea su campaña como la de los Clintons (en plural). Si no, la siguiente pregunta es ¿así gobernarían (en plural)?
Sobre esto, les comparto un intercambio interesante entre dos analistas norteamericanas. Peggy Noonan, una columnista del Wall Street Journal, mencionó en Meet the Press que la Senadora Clinton le recordaba (parafraseo) a 'esas señoras que mandan a sus esposos a pelearse con los vecinos'. En la misma discusión, la historiadora Doris Kearns Goodwin dijo que el presidente Clinton se iba por la libre dado su propio estilo político. Noonan comentó que esto era peor porque, de ser cierto, significa que la Senadora no puede controlar al expresidente. Independientemente de si es o no cierto, este tipo de discusión claramente no es bueno para la campaña de la Senadora de Nueva York.
Edwards, aunque es originario de este estado, no es el favorito. Me parece que sus posibilidades se limitan a quedar en tercer lugar y obtener, por lo menos, el 15 por ciento de la votación. Este no es un límite simbólico, sino el piso a partir del cual Edwards tiene derecho a recibir delegados. Recuerden que en las primarias del partido demócrata, los delegados se asignan de manera proporcional al voto (siempre y cuando obtengas el 15% de la votación).
NOTA: Espacio Contraintuitivo estará fuera de México el fin de semana y regresará a circulación el próximo lunes. Saludos.
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