14 de febrero de 2008

Como defender la apertura

En las últimas semanas, con la entrada en vigor de la última etapa del TLCAN, la opinión pública ha estado inmersa en una discusión sobre los alcances de la política comercial y sus efectos en el ‘campo mexicano’. Independientemente de que muchos opositores expresan opiniones infundadas (por ejemplo, que ha tenido un efecto devastador en la producción de maíz cuando esta ha aumentado casi 50% en los últimos quince años), los defensores de la apertura comercial utilizan argumentos inadecuados para explicar lo perjudicial que resultan los obstáculos y barreras al comercio.

Por lo regular la apertura se defiende porque “crea” empleos. En mi opinión, este no es el mejor argumento. Es más, llevar la apertura a un tema laboral da a los opositores herramientas para confundir a la opinión pública, porque si aceptamos el binomio ‘exportación-empleo’, entonces difícilmente podemos criticar al binomio
‘importación-desempleo’.


Aquí el vínculo al resto del artículo.

Esos son los primeros dos párrafos de un editorial que me publico anteayer Misión Política, un nuevo suplemento periodístico que aparece los martes en distintos periódicos de la Organización Editorial Mexicana (entre ellos el Sol de México).

Aquí la página de Misión Política.

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