8 de abril de 2008

¿Incongruencias petrocementeras?

Aquí el texto de mi comentario en el radio hoy por la mañana en IMER en el programa que conduce Mario Campos (aquí su blog).


El viernes de la semana pasada nos amanecimos con la noticia que el presidente venezolano Hugo Chávez decidió nacionalizar la industria cementera instalada en aquél país sudamericano. La decisión incluyó tres empresas extranjeras, entre ellas Cementos Mexicanos.

CEMEX es una de las empresas más exitosas, no solo de México, sino del mundo y tiene operaciones en Venezuela desde hace 14 años. Sus operaciones incluyen programas de apoyo social que benefician a muchas comunidades. En Venezuela muchas multinacionales ejecutan programas sociales. Algunos sugieren que es por la incapacidad de las autoridades. Pero ese es otro tema.

Desde hace tiempo el presidente Chávez viene promoviendo una serie de políticas públicas que incrementan los niveles de intervención estatal en la economía y que buscan, principalmente, aumentar el control y el poder político del aparato público.

Desafortunadamente este enfoque intervencionista también se asocia a una caída gradual en los estándares de vida.

Si alguna lección económica se desprende del siglo veinte es que las economías centralmente planificadas, aquellas que le dan preponderancia al sector público y ahogan al sector privado, son insostenibles en el largo plazo.

En eso terminará, tristemente, la historia económica del chavismo. Es solo cuestión de tiempo.

El anuncio del jueves pasado fue tan sorpresivo que parece tomó desprevenidos a distintas autoridades de aquel país. Pasaron más de 96 horas para que los funcionarios públicos aclararan los términos de la nacionalización.

Todavía ayer había confusión. Primero se dijo que la nacionalización aplicaba a empresas que habían sido estatales y que hace algunas décadas fueron privatizadas. Luego, por la tarde, el Ministro de Energía (Rafael Ramírez) precisó que el gobierno venezolano se convertiría en el socio mayoritario de las empresas y, que si los actuales propietarios lo deseaban, podrían permanecer en la empresa como socios minoritarios. Se habla de que el gobierno venezolano controlará, por lo menos, el 60 por ciento de las acciones.

La nacionalización es un eufemismo, es un término políticamente correcto, que lo que estamos viendo es en realidad la intención de apropiarse y de adueñarse de manera ilegítima de algo que no es suyo.

Pero hay algo de la decisión del gobierno de Chávez que me llama la atención y más en estos días que en México estaremos inmersos en una discusión muy intensa sobre el sector petrolero y que en el fondo es un debate sobre el papel que deben jugar los agentes privados y el aparato estatal en la economía.

Reconozco que los actores políticos y económicos más relevantes de nuestro país han criticado la decisión del gobierno de Chávez. No he escuchado de uno que diga que fue correcta la decisión chavista.

Ahora, Chávez ordenó la nacionalización de la industria cementera con el argumento de que es un sector "estratégico". Y entrecomillo estratégico porque nunca se dice que quiere decir esto.

También se dijo que CEMEX –y las otras cementeras- exportaban el cemento venezolano y eso explica la escasez de esa materia prima. En otras palabras, que el cemento se lo llevaban los extranjeros.

¿No les suena conocido esos argumentos? ... La industria "estratégica"... Se llevan el producto al extranjero…

A mi si.

Me parece que son los mismos argumentos que utilizan aquí en México quienes no están de acuerdo con la apertura del sector petrolero.

Aquí decimos que el sector petrolero es estratégico y que si entran empresas privadas, se llevarían el petróleo al extranjero. Que el petróleo es de los mexicanos (así como Chávez dice que el cemento es de los venezolanos).

Y concluyo con esta reflexión.

¿Quiénes se oponen a la apertura del sector petrolero no deberían ser congruentes con sus propios argumentos? Es decir, si se critica la decisión del gobierno chavista y no se aceptan sus argumentos para la industria cementera venezolana, ¿por qué utilizarlos aquí en México y no permitir la modernización del sector petrolero? Si fueran consecuentes con sus argumentos deberían apoyar la estatización en ambos casos (o reconocer los beneficios de la participación privada, también en ambos casos).

A mi me parece que si hay una incongruencia. No se puede lógicamente criticar la decisión y los argumentos del gobierno de Chávez y, al mismo tiempo, utilizarlos en nuestro país.

1 comentario:

Daniel Millán dijo...

Sería conveniente orillar a los políticos del PRI y al PRD a que expresen su opinión sobre esta expropiación. Quiero ver si defienden al indefendible o se pliegan al interés nacional.

Te mando un saludo. Oye, pues no, no fui al partido de fucho pero al menos ganamos. ¿Ya viste que el Chelsea está a sólo tres puntos?