Antes de las votaciones en Pennsylvania, la campaña de Clinton venía diciendo que una victoria en ese estado, independientemente del margen, sería un 'gran triunfo' (big win). La campaña de Obama, con el objetivo de minimizar previamente los daños (las encuestas mostraban que no ganaría ese estado), decía que solo un triunfo de 'doble dígito' (es decir, mas de 10 puntos) podría considerarse como un 'gran triunfo'.
Bueno, pues para desfortuna de Obama, Clinton ganó por diez puntos (55 a 45). Los resultados no solo le arrojan un salvavidas a la Senadora (una derrota en Pennsylvania hubiera sido su despedida de la contienda), sino que fortalece el argumento que ha venido utilizando en la campaña para ganarse a los superdelegados: que ella si gana los estados que son cruciales ('swing states') en la elección presidencial en noviembre.
Según las encuestas de salida, los grupos electorales que le dieron el estado a Clinton fueron los votantes con ingresos inferiores a los $50,000 dólares anuales (por más de 32 puntos) y entre los electores mayores a 65 años (por más de 26 puntos).
A pesar del triunfo de Clinton, la ventaja que le lleva Obama en el número de delegados electos a la Convención demócrata (donde se elegirá candidato formalmente) sigue siendo abrumadora y Hillary Clinton no podrá rebasarlo en este rubro. Tanto ella, como el Senador Obama, necesitarán a los superdelegados para ganar la nominación.
La Senadora no tiene mucho dinero pero ya avisó que permanecerá en la contienda hasta el 3 de junio, día que termina formalmente la temporada de primarias.
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