IF there’s butter and white wine in your refrigerator and Fig Newtons in the cookie jar, you’re likely to vote for Hillary Clinton. Prefer olive oil, Bear Naked granola and a latte to go? You probably like Barack Obama, too. And if you’re leaning toward John McCain, it’s all about kicking back with a bourbon and a stuffed crust pizza.
Así inicia un artículo publicado hoy en el New York Times en relacion al 'microtargeting'.
Aquí el artículo.
¿Que es eso? Resulta que en las campañas políticas en los Estados Unidos hay asesores que se encargan de identificar los patrones de consumo de las personas y asociarlos con sus opiniones políticas y la probabilidad de que voten el día de la elección. El 'microtargeting' además es muy útil (dicen sus defensores) porque te permite enviar mensajes específicos a distintos grupos de electores en lugar de los mensajes/correos con temas generales que resultan altamente ineficientes (repito, esto dicen los defensores del 'microtargeting').
Hay consultores políticos con mucho prestigio que consideran al 'microtargeting' como una pérdida de tiempo y dinero. El artículo cita a James Carville (quien para mi es excelente).
Si lees todo el artículo del NYTimes sabrás porque el Dr. Pepper es una bebida 'republicana', mientras que Sprite es 'demócrata'. Por cierto, de esta técnica salen categorías como 'soccer moms' y 'Nascar dads'.
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