... Es la política del tahúr. En la competencia de telefonía celular no hay compatibilidad de intereses, hay agandalle. Que el usuario pague el impuesto que a los empresarios consentidos les exentan. Y en los diseños de los instrumentos básicos de la política económica, los ingresos y el gasto, se impone la lotería de la corrupción, juegos de azar, apuestas de mafiosos con cartas marcadas.
Un gobernador señalado por la Corte como violador de los derechos humanos y su equipo de represores instalado en el Congreso resultan premiados con recursos para obras ya terminadas.
Es la repartición mafiosa del dinero público. Es la caduca manera de repartirse el dinero de los ciudadanos.
El autor es Roberto Zamarripa. Su columna se titula Tahúres y la publica hoy Reforma (ver aquí, suscripción requerida).
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1 comentario:
creo que lo de La Volpe se llevó lo mas triste del día
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