10 de noviembre de 2009

El consumo de marihuana con fines médicos en Estados Unidos

Aquí las notas de mi comentario de radio en IMER en el programa que conduce Mario Campos. Las opiniones son personales y los errores son atribuibles exclusivamente a mi persona. El comentario se transmitió en vivo hoy martes 10 de noviembre a las 7:45 AM.



Hace un par de semanas, el 19 de octubre para ser precisos, el gobierno de los Estados Unidos, en voz del Abogado General Eric Holder, hizo un anuncio muy importante que, en mi opinión, no tuvo la suficiente repercusión en los medios en Estados Unidos y México.

¿De qué estamos hablando?

El gobierno del presidente Barack Obama informó que ya no utilizará recursos federales -humanos y presupuestales- para perseguir judicialmente la portación y el consumo de marihuana con fines médicos, siempre y cuando el uso sea consistente con las leyes aprobadas por los congresos locales.

Actualmente, 14 de los 50 estados de la Unión Americana permite el consumo de este producto con fines terapéuticos. La aceptación de esta práctica y el reconocimiento de este derecho han permitido a cientos de miles de personas recibir tratamiento para una serie de condiciones médicas incluyendo la artritis y efectos secundarios asociados con tratamientos de cáncer (en particular la quimioterapia).

En algunos estados, como California, la regulación es mucho más permisiva y algunos médicos la recetan para problemas médicos como ansiedad e insomnio.

Regresando al anuncio del Procurador norteamericano, el señor Holder fue muy claro en precisar que esta decisión no significa que las autoridades federales ya no perseguirán a los traficantes de droga. Es más, se podría argumentar que las autoridades federales podrán cumplir mejor esta función porque ya podrán concentrarse en los delincuentes.

En cierto sentido, el mensaje no es sorprendente.

Durante la campaña presidencial, el entonces candidato Barack Obama comentó que pensaría seriamente la posibilidad de que su gobierno federal no persiguiera la venta y el uso de marihuana con fines médicos. Esto ya se concretó y si marca un cambio completo en la política pública en la materia. El gobierno anterior, el de George Bush, si perseguía el consumo de marihuana inclusive en los estados donde estaba legalizada.

El cambio de la política es también relevante por sus posibles consecuencias en el tema que domina la relación entre México y los Estados Unidos: la distribución, venta y consumo de drogas ilegales. Algunas estimaciones señalan que cerca del 70 por ciento de los ingresos de los carteles mexicanos provienen de la venta de la marihuana y este tipo de políticas, con el tiempo, le quitan el negocio a la delincuencia organizada.

¿Significa el anuncio que el gobierno de los Estados Unidos está pensando en legalizar completamente el consumo de esta planta?

En mi opinión, no lo está considerando pero esto no significa que esto no vaya a suceder en pocos años. Si vemos como se fueron legalizando otras conductas sociales que anteriormente eran prohibidas en los Estados Unidos –como el consumo de bebidas alcohólicas o los juegos de azar- observaremos algunos rasgos similares.

Por ejemplo, durante muchos años en los Estados Unidos (década de los treinta del siglo pasado) estaba prohibido el consumo del alcohol. Como era de esperarse, un efecto no deseado de la prohibición fue el surgimiento de un mercado negro o ilegal muy lucrativo. La generación de este mercado generó problemas de delincuencia organizada. Pasaron muchas muertes y muchos años y, después de la Gran Depresión, las autoridades cambiaron la Constitución y permitieron el consumo de bebidas alcohólicas. Con esa decisión, el problema de la delincuencia organizada alrededor del negocio del alcohol prácticamente desapareció.

Por otro lado, al igual que el proceso que concluyó en la legalización de los juegos de azar, en este caso la aceptación del uso de la marihuana con fines médicos ha sido un proceso gradual y no planeado. No obstante, si está sustentado en un cambio en la percepción de las personas con el paso del tiempo. Los estudios de opinión muestran, por ejemplo, que en Estados Unidos en la década de los noventa el nivel de aprobación rondaba el 20 por ciento; en el año 2000, el 30 por ciento de los norteamericanos estaba de acuerdo; y hoy en día mas del 40 por ciento de los norteamericanos no tienen problema con el uso médico de esta planta.

El anuncio y las reacciones también nos muestra como han cambiado los tiempos. Hace 10 o 15 años el anuncio hubiera generado un escándalo político impresionante. Esta vez no lo fue. Por el contrario, como mencioné al principio, no me parece que haya generado suficiente interés en los medios.

¿Sucederá la legalización de esta planta?

No lo sé. Pero en mi opinión podría ocurrir el día en que las autoridades se den cuenta que en lugar de gastar recursos persiguiendo a los delincuentes en una guerra sin fin, es mejor quitarles el negocio cobrando un impuesto por el consumo. De hacerse así, el gobierno norteamericano en lugar de tirar el dinero a un barril sin fondo, podría obtener ingresos adicionales que le permitan, por ejemplo, financiar programas gubernamentales. Sería paradójico -pero no imposible- que en los próximos años nos demos cuenta que una de las maneras como se puede financiar las reformas al sistema de salud es mediante el cobro de impuestos a este tipo de productos.

Algo similar, y con esto concluyo, ocurrió con la legalización de las bebidas alcohólicas después de la Gran Depresión. El constituyente norteamericano modificó la Constitución y permitió el consumo no por una cuestión social o de valores, sino porque encontró que era una fuente de ingresos importante. En aquel entonces, Estados Unidos salió de una crisis económica muy profunda; los recursos públicos son escasos y se necesitan para financiar programas sociales; las personas tienen otras preocupaciones; en consecuencia, tomaron una decisión muy práctica.

Hoy la coyuntura es similar. Probablemente algo similar está ocurriendo. Ya veremos que sucede con el tiempo.

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