... Canadá fue mencionada en el debate del martes. Pero la mayoría de las críticas recayeron sobre México, acusado de atraer compañías al permitir la explotación de los trabajadores. Si un estadounidense perdió un empleo en el transcurso de la última década, dicen los acusadores, es porque las empresas en México no tienen obligaciones laborales. Esta queja no sólo es falsa, sino que es lo opuesto a la realidad. México alberga a sindicatos militantes y poderosos y tiene la legislación laboral más de América del Norte...
... El Nafta ha hecho mucho por México, pero hay algunas cosas que no puede curar. Una de las principales son los males causados por un exceso de regulación en el mercado laboral. Contratar, mantener y despedir a un trabajador es tan costoso que los empleadores hacen lo posible para evitar la contratación de nuevos empleados. Esto produce un exceso de trabajadores en relación con la demanda, reduciendo los salarios y los beneficios.
Sin embargo, no sólo son los altos costos lo que reduce las oportunidades. El empleo en la mayoría de los casos requiere ser miembro de un sindicato y si un trabajador es expulsado del sindicato, pierde su empleo. Esto le otorga a los líderes de los sindicatos un poder extraordinario, especialmente porque no hay votaciones secretas en las elecciones sindicales. Las promociones se hacen en base a la antigüedad, no el mérito, por lo que hay poco incentivo para que los trabajadores se capaciten o aprendan nuevas tecnologías...
... Lo que se podría hacer para frenar la migración mexicana a EE.UU. es liberalizar los mercados laborales mexicanos. Pero si el debate de la semana pasada sirve como indicador, lo que los candidatos demócratas tienen en mente no es hacer que los mercados laborales en México se parezcan más a los de EE.UU., sino viceversa.
De la columna (Wrong about Mexico) que hoy publica Mary Anastasia O'Grady. Aquí la versión en inglés y aquí su traducción al español.
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