20 de enero de 2009

La inauguración y el discurso de Obama en el Capitolio

Aquí las notas de mi comentario de radio en IMER en el programa que conduce Mario Campos (aquí su blog). Las opiniones son personales y los errores son atribuibles exclusivamente a mi persona. El comentario se transmitió el martes 20 de enero a las 7:45 AM.



Hoy toma posesión Barack Obama, el cuadragésimo cuarto presidente de los Estados Unidos. Las festividades iniciaron hace algunos días y culminarán hoy por la noche con los famosos balls o bailes. El momento estelar ocurrirá a medio día cuando Barack Obama sea jurado, por el Presidente de la Suprema Corte, como Jefe del Ejecutivo.

El cambio pacífico de poderes, la transición de un gobierno a otro, es un momento especial y emotivo en la vida de cualquier país.

Todas las inauguraciones tienen fuertes emociones asociadas a ellas mismas. Es un día de renovación. Quienes hemos tenido oportunidad de estar en Washington en una inauguración somos testigos de la sensación de que, por el simple hecho de que llega alguien nuevo a la Casa Blanca, las cosas pueden realmente cambiar.

Pero esta ocasión es distinta por, al menos, tres razones. En primer lugar, por la gravedad de la situación económica y por la pérdida de confianza entre los consumidores, los empresarios, los emprendedores, los mercados. En segundo lugar, por el hecho de que es el primer presidente afroamericano y con ello se confirma que sigue viva la idea del llamado sueño americano. El tercero es la capacidad oratoria y la facilidad que tiene Barack Obama para comunicar ideas y emociones.

En lo personal no recuerdo haber visto tanta expectativa por el discurso inaugural de un presidente entrante.

Este sentimiento me parece lo comparten también quienes no votaron por Barack Obama. Sus niveles de aprobación han aumentado constantemente después del proceso electoral que culminó en noviembre del año pasado (hoy el 70 por ciento del electorado lo aprueba).

Todo Estados Unidos estará al pendiente de lo que ocurra en las escalinatas del Capitolio y las palabras de Barack Obama.

Una de las cosas que me parece muchos estarán esperando en su mensaje es un llamado a los norteamericanos para que se comprometan con su país. Que la emoción que sienten el día de hoy, no se quede ahí, que no se pierda, sino que se utilice, se canalice, hacia fines socialmente útiles.

El jueves pasado, a raíz del paquete económico que presentaron legisladores de su partido, Obama leyó lo que hasta ahora ha sido su discurso económico más importante. Y a no pocos analistas les llamó la atención que el presidente electo hablara exclusivamente de lo que el gobierno puede hacer para mejorar la situación económica de los Estados Unidos. Obama no habló de la responsabilidad personal. Esto le faltó. Al final, una crisis, si bien es un fenómeno que se explica en términos macroeconómicos, está sustentado en millones de decisiones microeconómicas, en decisiones que tomaron personas y que esto las hace corresponsables de la situación.

Mucho se ha hablado del legado de Abraham Lincoln y lo que significa el arribo de Barack Obama a la presidencia.

Sin duda, Lincoln inicio este viaje histórico a mediados del siglo 19 con la Proclamación de la Emancipación. A Lincoln se le recuerda, entre otras razones, por su esfuerzos por terminar con la esclavitud y otorgar la libertad a un sector muy importante y numeroso de la población norteamericana.

Lo que pocos saben de Lincoln es que dio mucho más discursos sobre temas económicos que sobre la esclavitud y en ellos mostró una filosofía económica que Obama podría retomar.

Lincoln tenía una filosofía económica basada en el trabajo. En sentido práctico, su mayor preocupación era como lograr que un niño de escasos recursos que trabaje fuerte, que fuera responsable, podía por si mismo mejorar su condición de vida.

Cuando Lincoln estaba en el poder se aprobaron leyes muy importantes como el Homestead Act (una especie de reparto agrario donde la persona se comprometía a cultivar la tierra y vender su producto), se impulsaron políticas públicas como los land-grants universities (universidades que enseñaban conocimientos prácticos, educación técnica diríamos hoy), apoyo la legislación ferrocarrilera que unió a los Estados Unidos, por mencionar unos cuantos.

Todas estas leyes buscaban que el gobierno no fuera lo que hoy llamaríamos un estado benefactor (que sea responsable de los actos de las personas), sino un gobierno promotor que ofrezca las condiciones para que las personas mejoren su propia situación económica a través del trabajo fuerte, responsable y honesto.

Estas ideas no son liberales o conservadoras.

Pero si son ideas que algunos percibimos se han ido perdiendo, de manera gradual, en los Estados Unidos en las últimas décadas. Obama haría bien en recuperar estas ideas o nociones del trabajo y la responsabilidad personal. El está en una situación particularmente especial para promoverlas: su biografía personal las confirma.

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1 comentario:

Ana María Piza dijo...

Lee completo en español el discurso de inauguración de Barack Obama en http://www.spanish-english-translation-costa-rica.com/discurso-obama.html