- El tema de la seguridad pública es, hoy en día, el tema más relevante en la agenda política nacional.
- El fin de semana supimos de la muerte de una decena de personas en Chihuahua. En lo que va del año más de 2,660 personas han perdido la vida en hechos relacionados al crimen organizado.
- Si contamos a partir del 1° de diciembre, el número asciende a 4,909 muertes (en 20 meses). Para poner este dato en perspectiva, el ejército norteamericano en Irak ha sufrido 4,100 muertes desde marzo del 2003 (66 meses).
- Es muy probable, y sería sin duda paradójico, que el jueves, el mismo día en que distintas autoridades locales y federales tengan la sesión del Consejo Nacional de Seguridad, se llegue a la cifra simbólica de 5,000 muertes.
- ¿Cuáles son las razones que explican el deterioro de la situación de seguridad en nuestro país y el creciente poder del crimen organizado?
- Desde una perspectiva de política pública la causa son claras y son resultado de un fenómeno social, por un lado, y de distintas decisiones gubernamentales, por el otro.
- Por el lado social, la demanda de sustancias prohibidas en Estados Unidos se ha mantenido y la demanda en nuestro país ha aumentado. Es difícil que disminuyan estas presiones pues aparentemente una consecuencia no deseada del crecimiento es un mayor consumo de estas sustancias.
- Por el lado de la oferta varias cosas han sucedido. En primer lugar, el gobierno estadounidense y algunos caribeños han dificultado considerablemente el flujo de sustancias. Hoy en día, la mejor opción para transportar sustancias prohibidas es a través del territorio mexicano. Los carteles en nuestro país han aprovechado esta situación y el precio de sus servicios han aumentado (algo que se refleja en el aumento de precios en las drogas que es un fenómeno estudiado y reportado en los Estados Unidos).
- ¿Hay perspectivas de que la situación mejore? A todos nos gustaría decir que si, pero esto se antoja muy difícil mientras mantengamos el sistema normativo actual.
- Un tema que pronto podríamos estarnos preguntando si mantener el esquema de prohibición actual es el mejor uso de los recursos y la fuerza pública. La realidad es que el tiempo pasa, los gobiernos (independientemente del color) adoptan las mismas políticas, gastan más y más recursos y la situación se empeora.
- Poco a poco escuchamos más voces, no tanto en los medios y entre los políticos, pero si a nivel de calle, opiniones de la gente que considera que el enfoque tradicional no funciona y que estaríamos mejor destinando recursos a la educación y a la persecución de delitos de quienes cometen actos que alteran el orden público vinculados al consumo de drogas (por ejemplo, castigando a quienes son responsables de accidentes automovilísticos por estar bajo los efectos de alguna sustancia prohibida).
- La situación que vive nuestro país es similar a la que se vivió en los Estados Unidos en la década de los treinta con el alcohol. En mi opinión, la revisión del caso puede generar lecciones importantes y, más importante, nos brindará la oportunidad de cambiar los términos de la discusión y construir, por fin, soluciones que mitiguen los efectos derivados del consumo de drogas en términos de seguridad pública.
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