8 de junio de 2010

Futbol, política y opinión pública

Aquí las notas de mi comentario de radio en IMER en el programa que conduce Mario Campos. Las opiniones son personales y los errores son atribuibles exclusivamente a mi persona. El comentario se transmitió en vivo el martes 8 de junio a las 7:45 AM.



El viernes inicia el Mundial de futbol en Sudáfrica y esta es una oportunidad para reflexionar y recordar como la actividad deportiva se utiliza para influir en la opinión pública.

Existen decenas de historias que nos permiten identificar los efectos y la manipulación política y mediática del deporte. Sucede en México y todo el mundo. Es una reacción natural del los políticos en turno aprovechar los sentimientos nacionalistas que generan las competencias deportivas, así como la imagen de los jugadores o entrenadores.

Una de las historias más ilustrativas es la que presuntamente sucedió en Argentina en 1978 y que relata Simon Kuper en su libro Football Against the Enemy.

En 1976, el ejército argentino llegó al poder con un golpe de estado que derrocó al gobierno de Eva Perón. Inició entonces una trágica historia de abusos de derechos humanos, desapariciones y crisis económicas. Algo que ha sido ampliamente documentado.

Si bien la organización del Mundial fue otorgada al país antes del golpe, los militares vieron en la competencia deportiva una oportunidad para ofrecer a los argentinos y al mundo una imagen distinta.

La lógica de la Junta Militar era sencilla: un Mundial impresionante y memorable pasaría a segundo plano la realidad social y política de ese país. El gasto asociado a la preparación del Mundial fue altísimo. Se construyeron estadios que acomodaban más personas que las que habitaban en las ciudades sede. Se construyeron nuevas carreteras. Se introdujo la televisión a color. Como símbolo del tipo de gasto, en el principal camino a la ciudad de Rosario se levantó el muro conocido coloquialmente como “el muro de la miseria”. El muro tenía pinturas de fachadas de bonitas residencias que pretendía ocultar la pobreza. El muro no duró mucho tiempo después del Mundial pues las personas que vivían del otro lado se llevaron el concreto para construir sus casas.

Como tiende a suceder en estos casos, el costo del Mundial en Argentina 1978 fue exorbitante, pero una oportunidad que muy pocos gobernantes no aprovecharían pues el gasto no lo ponen de sus bolsillos sino lo pagan todos los contribuyentes.

En febrero de ese año, 1978, Juan Alemann, secretario de finanzas, declaró que el costo final rondaría los 700 millones de dólares. El presupuesto originalmente estimado se aproximaba a los 85 millones de dólares. Aun si consideráramos el costo final como cercano a la realidad, el costo del mundial de Argentina triplicó el costo del mundial que organizaron los españoles cuatro años después.

Ahora, al costo declarado por Alemann deberíamos agregar otros presuntos costos que influyeron en los resultados.

Perú, al igual que Argentina, era gobernada por una junta militar. En la segunda ronda del mundial, ambos equipos se enfrentaron y Argentina necesitaba ganar por diferencia de cuatro goles para jugar la final contra Holanda. El marcador final del partido fue 6 a 1 y con ello Argentina garantizó su pase a la final. Claro, un marcador de esta naturaleza no es imposible, pero el partido estuvo rodeado de circunstancias que nunca se explicaron adecuadamente y que generaron (como diría un político mexicano) 'sospechosismo'.

Aclaro, no hay pruebas contundentes de que se compró el partido, pero la evidencia anecdótica es interesante.

Al término del juego, el portero suplente de la selección peruana declaró que su equipo “cambio dólares” por el partido. Al día siguiente se desdijo. Por otro lado, siempre llamó la atención que el portero titular de la selección peruana, que era argentino naturalizado, haya jugado de manera excéntrica. Por último, no se explicó satisfactoriamente porqué el entrenador peruano puso a un defensa como delantero y porqué alineó a cuatro reservas que, hasta ese entonces, no habían jugado.

Varios años después, en 1986, el diario inglés Sunday Times recordó los hechos y presentó los resultados de otra investigación relacionada al tema. Según esta investigación, el Almirante Carlos Lacoste, organizador de la competencia deportiva y entonces vicepresidente de la FIFA, gestionó que el gobierno argentino enviara posteriormente gratis a Perú 35 mil toneladas de granos básicos.

En fin. Estas fueron las circunstancias que rodearon el Mundial de Argentina 1978, que eventualmente ganó el país sede y que generó un gran fervor nacionalista que permitió, por unos días y meses, hacer a un lado la realidad económica, social y política.

Para concluir, hay muchas historias como la que acabo de relatar. Podríamos hablar del papel del futbol en la España franquista, la guerra entre Honduras y El Salvador que se desató por un partido entre ambas selecciones o como la construcción del Muro de Berlín y la separación que el muro hizo de la ciudad, afectó la vida de miles de aficionados que se quedaron de lado equivocado y como algunos eran espiados por las autoridades comunistas pues los consideraban agentes del occidente.

Por el momento, quedan ahí para una posterior reflexión. En las próximas semanas, aprovechando el Mundial, escucharemos y reviviremos estas y otras historias que mezclan el futbol, la política y la opinión pública. Es probable que Sudáfrica 2010 nos regale más.

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1 comentario:

MMaldini dijo...

Excelentes posts!!! Por los que amamos el futbol mundial, los invito a participar en mi blog!!! http://s-kparat.blogspot.com/