Estas son las notas que preparé para mi participación en el radio el día de hoy.
El movimiento en las bolsas de valores en los últimos meses se ha caracterizado por constantes altibajos. Lo sucedido en las últimas dos sesiones sirve como botón de muestra. El viernes un incremento en el índice Dow Jones en varios puntos porcentuales; ayer lunes, una caída de magnitud similar.
Aunado a lo anterior, y como parte del mismo fenómeno, en los últimos días hemos visto la quiebra de algunas empresas (Lehman Brothers), el rescate de otras (AIG) y la transformación de otras (Goldman Sachs y Morgan Stanley).
Para intentar tranquilizar los mercados, y para resolver de fondo el problema de la cartera de mala calidad en el sistema financiero, el gobierno norteamericano, a través del Secretario del Tesoro, Hank Paulson, ha puesto sobre la mesa un proyecto para adquirir estos activos.
Lo que se busca es 'sanear' el sistema. Si me permites la analogía, le están quitando coágulos al sistema financiero. Coágulos que en algún momento podrían causar un infarto.
¿En qué consiste el rescate?
El gobierno norteamericano emitirá bonos (es decir, deuda) y con ello comprará esos activos que serán, principalmente hipotecarios. No obstante, está previsto que el gobierno pueda adquirir otro tipo de activos (siempre y cuando se consulte con el Banco Central).
Los activos debieron haberse originado antes del 17 de septiembre. Deudas previas a esa fecha no podrán ser aquiridas por el gobierno norteamericano.
¿Cuánto cuesta el rescate?
El rescate financiero que está negociando el gobierno del Presidente Bush con el liderazgo demócrata y republicano en las cámaras legislativas en los Estados Unidos está valuado en 700 mil millones de dólares.
A esta cantidad debemos agregar las intervenciones de las semanas anteriores: el acuerdo por $85 mil millones por la aseguradora AIG, los $29 mil millones para la fusión de las empresas Bear Stearns y JP Morgan y la nacionalización de las empresas hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac que podría costar $25 mil millones de dólares.
¿De donde sale esta cantidad?
El paquete se estimó porque las valuaciones más conservadoras dicen que resolver la crisis financiera costará entre 500 mil millones de dólares y un trillón de dólares que estiman los más aventurados.
¿Quiénes pagarán?
De entrada, el contribuyente norteamericano aunque es posible que la cuenta final sea menor a los 700 mil millones de dólares. El gobierno adquirirá cartera con problemas y los podría eventualmente vender a inversionistas interesados y así recuperará una parte del gasto.
Esto es importante mencionar porque no debería quedar la impresión que el gobierno norteamericano expedirá un cheque por esa cantidad (700 mil millones) sino que simplemente se ha comprometido a desembolsar, si es necesario, esa cantidad en los próximos años.
¿Es justo que la gente que no participa en este tipo de actividades tenga que pagar?
Este es sin duda un juicio de valor muy complejo.
Es cierto que gente que no tiene vela en el entierro tendrá que pagar. Por ello, y para hacerlo políticamente viable, se presenta el paquete señalando que es mucho mejor desembolsar esta cantidad que no actuar. De no hacerlo, se dice, se pondrían en riesgo los ahorros y pensiones de todos los norteamericanos.
Pero es un hecho que se están socializando las pérdidas.
¿Cuales son los puntos que todavía no están acordados?
Son, por lo menos, estos dos: 1) El nivel de compensación que podrán recibir los ejecutivos de las empresas rescatadas; 2) Que tanto los jueces podrán modificar los términos de las hipotecas de los deudores;3) Que apoyos directos recibirán los contribuyentes; 4) Un programa de estímulo a la economía.
¿Se acordará algo antes del fin de semana?
Seguramente. Muchos congresistas están ansiosos de hacer ya campaña en sus distritos y que nadie los acuse de no hacer nada para salvar al sistema financiero norteamericano y, de esta manera, sobrevivir la crisis.
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