Aquí las notas de mi comentario de radio en IMER en el programa que conduce Mario Campos (aquí su blog). Las opiniones son personales y los errores son atribuibles exclusivamente a mi persona. El comentario se transmitió el martes 2 de diciembre a las 7:45 AM.
La economía sigue siendo el tema mediático más relevante en los Estados Unidos. El día de ayer se anunció oficialmente que la economía norteamericana entró en diciembre del año pasado en una fase recesiva. En consecuencia, la bolsa de valores, el Wall Street Journal cayó más de 7 puntos porcentuales.
La información disponible sugiere que la economía norteamericana sigue, hoy en día, en recesión. Ayer, por ejemplo, conocimos el reporte de la actividad manufacturera en los Estados Unidos y este indicador se encuentra en su nivel más bajo de los últimos 26 años.
Si asumimos que la economía norteamericana sigue en recesión, llevamos 12 meses. De entrada, sería más larga que las últimas dos recesiones que duraron 8 meses cada una (la de 1990 y 1991 y la de 2001). No obstante, la actual recesión es aún menos longeva que la de 1982 que duró 16 meses.
En este contexto es el que se da una discusión muy importante en las páginas editoriales de los medios impresos y en medios electrónicos en los Estados Unidos que tiene que ver con la explicación de la actual crisis así como las propuestas para salir de ella. Este debate tiene tintes históricos porque usa, como referencia, el período conocido como la Gran Depresión (década de los treinta).
Un lado de la discusión lo ejemplifica Paul Krugman, economista de la universidad de Princeton, quien propone una respuesta keynesiana a la crisis: el gasto público, o como el mismo lo señaló ayer en su columna en el New York Times, una "agresiva expansión fiscal". Aquí su columna.
Sobra decir que en todos los países la mayoría de los gobiernos prefieren este tipo de medidas porque son muy vistosas. Son proyectos de infraestructura muy visibles. Lo que no está claro es si, suponiendo sin conceder que esta es la mejor respuesta, este camino genere resultados de corto plazo (la construcción de infraestructura toma mucho tiempo). El segundo punto –y probablemente más importante- es la fuente de los recursos con los que se financiaría esta inversión. Normalmente cuando escuchamos sobre la necesidad de invertir y renovar la infraestructura pocas veces se hace referencia a las fuentes de financiamiento.
El otro lado de la discusión lo encabezan economistas como Amity Shlaes del períodico Wall Street Journal y ellos adoptan una visión clásica de la economía.
Para ellos, el motor de la economía es el sector privado y en consecuencia, para salir de una crisis, lo que se tiene que hacer es mejorar el ámbito institucional y el contexto económico en el cual se desarrollan las empresas. Bajo esta óptica, si se castiga la actividad en el sector privado, las personas que tienen el capital o el dinero para invertir, dejarán de hacerlo y simplemente guardarán sus recursos.
En los treinta lo que pudo haber sido una recesión normal se convirtió en depresión porque el ambiente institucional castigó la actividad productiva y la generación de riqueza. Como ejemplo, para financiar el sector público (y los proyectos de infraestructura, entre otros), los impuestos a las personas físicas aumentaron de 25 por ciento en 1932 a 63 por ciento siete años después. No debe sorprendernos que la economía norteamericana, después de dicho aumento, tardó más de 8 años en recuperarse.
Concluyó con esta reflexión: la lección de la Gran Depresión es que, en ese entonces, nuestro vecino del norte tenía un gobierno que intentaba demasiado, un gobierno activista y un gobierno que cambiaba las reglas del juego constantemente. Para los agentes económicos no existía certidumbre (no habia razon para invertir, para tomar un riesgo, no habia motivos para ser prudente) y todo estaba en el aire. Lo mejor era esperarse a la siguiente decisión gubernamental.
Si alguna lección debe tomar el nuevo equipo económico del presidente electo norteamericano de esta discusión es que el principal valor económico del gobierno es la certidumbre (tener una visión, poner reglas claras y no cambiarlas a cada rato). Lo peor para una economía es un gobierno errático, un gobierno cambiante. Este tipo de autoridad solo contribuirá a retrasar la recuperación.
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2 de diciembre de 2008
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1 comentario:
Resulta patético comparar a un premio nobel con una periodista que gusta de mentir en sus libros. después de leer "the forgotten man" de la columnista inmediatamente pensé en el tiempo y dinero que había desperdiciado. creo que deberías leer el blog de krugman en el que explica en parte qué fue lo que falló durante los primeros años de fdr, y cómo la recesión del 37 fue causa del recorte en el gasto y no al revés. Si algo faltó durante la gran depresión fue un mucho mayor gasto gubernamentallo que shlaes dice no es más que una serie de frases huecas propias de fox news (que la iniciativa privada, que los impuestos) cuando la evidencia apunto hacia la necesidad de la intervención gubernamental.
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